En un vibrante (aunque, desprolijo) partido correspondiente a la Ventana FIBA clasificatoria para la AmeriCup, el seleccionado argentino derrotó a Chile 67 a 61. Por Hernan Coyos
La emoción de verlos a todos con la 10 de Diego Maradona en los movimientos pre-competitivos, presagiaban la noche emocionante que resultó ser, sin siquiera esperarla demasiado. En un quinteto inicial donde se destacaba el manejo de Schattmann, y los arranques en ataque de Vildoza y Saiz, la Argentina se presentaba como candidato a ganarlo cómodo.
Los primeros minutos mostraban a los nuestros activos en el perímetro, y activos en el tablero a la hora de las decisiones tomadas por Javi Saiz tanto en defensa como en ataque. El conjunto trasandino se defendía a través de Suárez, el más claro en conceptos, y el único que lideraría una remontada. Tras un parcial de 8 a 0, y aprovechando descuidos defensivos, Chile logró equilibrar el resultado, a minutos de terminar el primer tiempo.
Para el arranque del segundo, un mundialista como Agustín Caffaro, le comenzaba a dar pinceladas de buen básquet al elenco local. Sin embrago, Argentina seguía desconcentrada, y la visita aprovechaba el tiro a distancia para acercarse en el marcador.
El descontento en el rostro del entrenador Gabriel Picatto era elocuente; la desconcentración en sus dirigidos parecía no tener cura.
Sin embargo, basándose en la explosión de jóvenes que ya, más que promesas, son realidades, como Leonel Schattmann o Máximo Fjelerrup, la selección supo poner sobre la mesa su jerarquía, y llevarse definitivamente el encuentro por un ajustado marcador, pensando en lo que se esperaba en la previa.
Mañana, segunda instancia de esta fecha de ventana, donde el combinado nacional enfrentará a Colombia, en la clasificación al máximo certamen continental.
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